El Foro Económico Mundial no quiere que tengas vehículo propio
Nos encontramos en los inicios de un proceso, al parecer, irreversible. El Foro Económico Mundial (al igual que otros órganos supranacionales) está promoviendo una revolución de la energía limpia, y lo está haciendo con cierta premura y urgencia.
En este sentido, los combustibles fósiles están en el punto de mira, pues quieren reducir su uso y su impacto en el medioambiente, a favor de las energías renovables. Quieren sustituirlos por metales que llaman críticos, como el cobalto, el litio o el níquel, por ejemplo; sin embargo, estos metales son escasos y su coste muy elevado. No parece una alternativa solvente.
En contraposición con la actual economía lineal (modelos de producción lineales que se basan en extraer, producir, consumir y desechar), ellos trabajan por imponer un nuevo modelo denominado “economía circular”. Es decir, quieren imponer un nuevo modelo de producción y consumo que garantiza un crecimiento sostenible en el tiempo, reduciendo el consumo de materias primas y promoviendo el reciclaje de residuos.
Lo curioso de todo es que quieren implantar en el mundo este nuevo modelo sin el concurso del pueblo, es decir, quieren imponerlo por la puerta de atrás, y a través de los diferentes gobiernos comprometidos con la Agenda 2030, como el de España.
Promover el uso del coche compartido
En esta línea, el Fondo acaba de publicar una Circular (de 18 de julio de 2022), en el que muestra diferentes enfoques para promover el uso eficiente de los recursos y las materias primas.
Se considera que tener un coche propio es un uso no eficiente de los recursos disponibles. Por lo tanto, se propone reducir la propiedad de los vehículos, al considerar que su utilización privativa malgasta los recursos disponibles. La alternativa que sugieren es hacer uso de las plataformas de uso compartido de coches.
Se trata de un ataque en toda regla a la propiedad privada, en este caso de bienes muebles esenciales, como es la propiedad de un vehículo de motor. Eso medida tiene ciertas y preocupantes similitudes con uno de los principios del Comunismo: La Restricción de la Propiedad Privada; la diferencia es que ahora la excusa no son concentraciones de capital, sino el cambio de modelo productivo y el medioambiente.
Para que eso sea posible, sugieren que se cambien la mentalidad, los paradigmas, los usos de las cosas, los sistemas de multipropiedad o uso compartido, entre otras cosas. Quieren fomentar el uso de los bienes a través de perfiles de usuarios únicos (lo que implica un mayor control sobre nuestras vidas) que permitan la identificación y el uso personal de dispositivos y cosas.
De hecho, los precios de la energía, tan desbocados en las últimas semanas, empujan a los ciudadanos a pagar precios desorbitados por el combustible fósil. Desde un punto de vista objetivo, es una forma indirecta de promover el uso compartido de los vehículos, algo que se encuentra en línea con las políticas del Fondo, expuestas anteriormente. Curios ¿verdad?
La implicación del Gobierno de España en esta Agenda
El Gobierno de España actual está profundamente implicado en todo este cambio de modelo y paradigma. Y así lo demuestra cada año con su participación en las diferentes ediciones del Foro Económico Mundial.
El pasado mes de mayo, España participó en la 51ª edición del Foro Económico Mundial, celebrado en la ciudad suiza de Davos. En esta edición se ha resaltado la importancia de encontrar soluciones a los retos globales más urgentes, de entre los que se encuentra el cambio climático, la guerra en Ucrania y la pandemia, que traducido en políticas globales tenemos (por orden de aparición en el escenario global:
- La crisis sanitaria (Marzo 2020 — Septiembre 2022)
- La crisis climática (2022)
- La crisis energética (2022)
- La crisis alimentaria (2022)
- La crisis económica (para finales de 2022)
- La crisis social (actualmente en proceso en 2022, que se desarrollará en 2023)
Estas crisis están socavando el Estado de Bienestar de los pueblos europeos, conduciéndolos hacia un túnel sin salida. Se verá próximamente con el comienzo del invierno en este año 2022.
Si se analiza con cierta perspectiva la situación, se podrá comprobar que se han puesto a prueba los grandes pilares del actual Orden Mundial, quizás para derribarlo y llevarnos a uno nuevo, como se apunta en el siguiente apartado.
Parece que, más que Agenda 2030, parece que nos encaminamos a la Agenda 2023, pues todo confluye en el año 2023 como el comienzo de una nueva e inquietante etapa para la humanidad.
El Gran Reinicio
Se habla que la última crisis será “la crisis de internet”, lo que producirá un apagón sin precedentes en las sociedades más avanzadas, dejándolas prácticamente sin electricidad y sin internet. Y si a eso le sumamos el proceso de digitalización de las Administraciones Públicas, los negocios y toda actividad comercial, un evento así implicaría una paralización completa en todos los sentidos.
De hecho, y no es broma, el Foro Económico Mundial habla de este proceso, denominándolo “ The Great Reset “ (el Gran Reinicio). Es, por tanto, algo real, incluido en la Agenda y que, sin duda, se está llevando a cabo en diferentes fases; fases que, parece, coinciden con esa crisis a las que se ha hecho referencia anteriormente.
De lo que no cabe duda es que estas organizaciones supranacionales, incluida las Naciones Unidas (que, recordemos, no ha elegido el pueblo), están inmersos, y muy activamente, en este proceso. Para implementar todas estas medidas se valen de los diferentes gobiernos de cada país, como he apuntado anteriormente para España.
Y la pregunta que puede surgir es ¿para qué un Gran Reinicio?. Para cambiar las reglas del juego, sin duda. Lo llaman “El Nuevo Orden Mundial”. Más control sostenible sobre todos y cada uno de nosotros.